miércoles, 30 de marzo de 2011

CAER EN MAYA, HASTA LAS GRANDES ALMAS

¿Hay algún sabio, asceta, héroe, vidente, hombre culto o virtuoso que no haya sido traicionado por la avaricia? ¿Quién tiene el orgullo de creer que su piel no se ha pervertido? ¿Quién no ha sido ensordecido por el poder? ¿Hay alguien que no haya sido traspasado por la lanza de la mirada de una mujer de ojos de ciervo? ¿Quién no es sacado de su compostura mental por la acción conjunta de las tres gunas, formas de Prakriti, y por el desacierto simultaneo de los tres humores del cuerpo, lo cual es generalmente fatal para la victima según las leyes del Ayurveda? Nadie escapado a los aguijones del orgullo y la arrogancia. ¿Quién no se emociona con locura ante la juventud, y quien posee posee una reputación tan buena que no sea estropeada por el apego mundano? ¿Quién no incurre en la envidia y la tristeza? ¿Quién no es mordido por la serpiente de la preocupación? ¿Hay alguien que no sea vencido por maya? ¿Hay alguien de mente tan firme que su cuerpo no haya sido consumido por el deseo como un trozo de madera comido por un pájaro carpintero? ¿Qué mente no se ha ensuciado por las tres clases de deseos: deseo de procrear, de riqueza y de fama? Todo esto forma parte de maya de manifestaciones formidables he infinitas. Hasta Siva y Brama de cuatro caras tienen miedo de ella; así que, ¿Qué se puede esperar de las otras criaturas? (Tulsidas; Ramacharimanasa; Kakabhusundi (cuervo) le dice a Garuda)

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