Un día Madre Saci tuvo un sueño. En secreto, narró la historia a su hijo, Visvambhara. Le dijo: “acabada ya la noche los vi a los dos, a ti y a Nyananda, en un sueño. Los dos tenían cinco años, y andaban corriendo y peleando por toda la casa. Después vi que entraban en la habitación de la Deidad y salían con las Deidades des Krsna y Balarama. Nityananda sostenía entre sus manos la deidad de Krsna y Tú sostenías en las tuyas la de Balarama. Después vi con toda claridad como los cuatro empezaban a pelear entre ustedes. Entonces las Deidades de Krsna y Balarama exclamaron irritadas: “¿Quiénes son ustedes, impostores? Salgan de aquí. Esta casa, estas habitaciones, leche, sandesa, yogur y todo lo demás Nos pertenece.” Entonces Nityananda respondió: “Ya pertenecen al pasado aquellos días en que solían comer la mantequilla y el yogur. Se acabo el dominio de los pastorcillos. Ahora gobiernan los brahmanes. Así que tienen que reconocernos y dejar de aceptar las ofrendas. Si no lo dejan por amor, los vamos a zurrar. Y si roban las ofrendas, nadie los perderá de vista”. Krsna y Balarama contestaron: “no nos echen la culpa. Ahora mismo los vamos a atar, impostores”.
Entonces Balarama desafió a Nityananda muy enfadado: “Si tratas de engañarnos, juro por Krsna que tendrás que atenerte a las consecuencias”. A lo que Nityananda replicó: “No le tengo miedo a tu Krsna. Mi Señor es Gauracandra Visvambhara”. Así era como luchaban entre ustedes y se comían las ofrendas quitándoselas de las manos. También vi. Como uno de ustedes arrebataba un pedazo de comida de la boca de otro. Entonces Nityananda me llamó: “Madre, dame arroz que quiero comer. Tengo mucha hambre” entonces me desperté. La verdad es que no entendí nada. Por eso te lo cuento”
(Srila Vrindavan Dasa Thakura, Sri Nityananda Caritambrta Madhya Lila cap. cuatro)
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