Conciencia significa dotado de libre albedrío, porque sin libre albedrío no puede concebirse ninguna conciencia. Un punto de alfiler atómico de conciencia posee un libre albedrío exiguo y por el mal uso de su libre albedrío algunas jîvas han aceptado su suerte en el mundo material. Ellas se negaron a someterse a la Autoridad Suprema; quisieron dominar. Por lo tanto, la jîva entra en este mundo de explotación con esta idea germinal de dominación. En el Bhagavad-gîtâ (7.27) se afirma:
icchâ-dvesa samutthena, dvandva-mohena bhârata
sarva-bhûtâni saêmohaê, sarge yânti parantapa
“Dos principios se despiertan en la jîva en forma inacabada: El aborrecimiento y el deseo; luego, poco a poco, el alma baja a mezclarse con el mundo material”. Al comienzo, se desarrollan la simpatía y la apatía en forma inacabada, tal como cuando un retoño brota con dos hojas. Y poco a poco estas dos cosas nos ayudan a sumergirnos a profundidad dentro de este mundo material.
Al retirarse del mundo de la explotación, el alma puede retornar a su posición anterior en el Brahmajyoti como espíritu. Pero si el alma ha obtenido la tendencia de la dedicación a través de sus actividades devocionales previas, ella no se detiene allí, ella se abre paso a través del Brahmajyoti y se dirige a Vaikuntha.
¿Por qué tiene que ir el alma al mundo de la explotación y no al mundo de la dedicación? Esto puede ser atribuido a su naturaleza innata, la cual está dotada de libre albedrío. Es una elección libre, esto se confirma en el Bhagavad-gîtâ (5.14):
na kartèvaê na karmâni, lokasya sèjati prabhuì
na karma-phala-saêyogam, svabhâvas tu pravartate
“El alma es responsable de su ingreso en el terreno de la explotación”. La responsabilidad es del alma, de otro modo, el Señor sería responsable de la condición angustiosa del alma. Pero Krsna dice que el libre albedrío innato del alma es el responsable de este enredo en el mundo material. El alma es consciente y conciencia significa dotado de libertad, debido a que el alma es atómica, su libre albedrío es imperfecto y vulnerable. El resultado de esa libre escogencia es que algunas vienen a este mundo material y algunas están yendo al mundo espiritual. Por lo tanto, la responsabilidad es del alma individual.
Una vez, el líder político hindú Äyâmasundara Cakravarti, le preguntó a nuestro Maestro Espiritual, Prabhupâda:
- ¿Por qué le ha otorgado el Señor tal libertad a la jîva?
- Tú estás luchando por la libertad, ¿no conoces el valor de la libertad? Sin libertad, el alma es sólo materia -respondió Prabhupâda.
La libertad nos ofrece la alternativa de actuar correcta o incorrectamente; una vez, Gandi le dijo a las autoridades británicas:
- Queremos la libertad.
- Ustedes no están preparados para tener un gobierno propio. Cuando estén preparados, se lo daremos -respondieron ellos.
- Queremos la libertad de equivocarnos -les dijo él, finalmente.
Por lo tanto, la libertad no garantiza actuar sólo de la forma correcta; la libertad posee su valor, independiente de lo correcto e incorrecto. El libre albedrío es absoluto sólo en la Verdad Absoluta. Debido a que somos finitos nuestro libre albedrío es infinitesimal. Se presenta entonces la posibilidad de cometer errores. Nuestra primera elección fue dominar y por lo tanto, poco a poco hemos entrado en el mundo de la dominación. Como resultado de esta primera acción, se han desarrollado todas las demás cosas. De este modo, en diferentes grados, las especies han sido divididas descen-diendo desde los semidioses hasta los árboles y las piedras. Y los cuerpos acuosos, los cuerpos gaseosos y cualquier cosa que encontramos aquí, se ha desarrollado de ese modo. El principio activo, en cualquier forma de desarrollo embriológico, es el alma y a partir del alma se han desarrollado todas las cosas.
(B. R. Sridhara Deva Gosvami Maharaja, “La búsqueda de Sri Krsna la más hermosa realidad”)
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