viernes, 22 de abril de 2011

TODO TIENE PERSONALIDAD (RAHU-ECLIPCE)

Entendiendo la posición del planeta Râhu, lo que Sukadeva y Vyâsadeva han dicho es geográficamente imposible, pero sus declaraciones están ahí en el Srîmad-Bhâgavatam y el significado literal de las Escrituras no es para tomarlo ligeramente. Considerando la importancia del significado literal de la Escritura, Bhaktivedanta Svâmî Mahârâja presentó el Bhagavad-gîtâ tal como es. Yo pensé: “¿Cómo puedo probar lo que el Bhâgavatam dice? No lo sabía. Pero lo que se dice en el Srîmad-Bhâgavatam debe ser verdad. Tengo fe en eso”.
Hay muchas declaraciones sobre la cosmología del universo en las Escrituras. Los arios, los hombres espiritualmente desarrollados de los primeros tiempos, acostumbraban a ver todo como consciente. Ellos vieron que la sombra es también consciente. La sombra, âbhâsa, se considera también un estado de conciencia. Únicamente a través de ese estado sombrío de con-ciencia podemos llegar a la concepción material de una cosa. Antes de alcanzar la concepción de una sombra, debemos pasar a través de algún estado mental y la personificación puede ser adherida a ese estado mental. La personificación de la sombra puede ser referida como “Râhu”.
El alma se acerca a la materia, al mundo material, pero antes de eso, debe pasar a través de un estado sombrío de conciencia llamado cidâbhâsa. La conciencia pasa a través del nivel sombrío de conciencia a la materia, la no conciencia. Y ese estado sombrío de conciencia tiene su personalidad. Es también consciente y puede ser conocido como “Râhu”.
Toda concepción material presupone una concepción espiritual de esa cosa en particular. La sombra a través de la cual la conciencia debe pasar para percibir las cosas como materiales tiene personalidad, y en el Bhâgavatam, los rsis, los videntes de la verdad, se dirigen a ella como Râhu. Debido a que ellos son altamente desarrollados, encuentran el aspecto personal de la existencia en todas partes. Lo que percibimos como materia muerta, ellos lo perciben como conciencia. Por eso, ellos siempre toman la perspectiva personal.
El alma, cuando va a experimentar una concepción material, tiene que pasar a través de un medio el cual influye en su conciencia para que vea las cosas como materiales. Se desconoce lo que es la materia concreta. Es un simple efecto de conciencia. Como todo lo material debe tener algún origen consciente o un origen en conciencia personal, debe haber una concepción personal del sol, la luna, la Tierra y todos los planetas. Antes de alcanzar la concepción de una sombra o cualquier otro objeto, el alma tiene que pasar a través de una etapa consciente. Esa etapa tiene existencia espiritual como una persona. Por eso el Bhâgavatam se refiere al sol, la luna y al planeta Râhu, como personas. Todo, la Tierra, la luna, las estrellas, los planetas, tiene una concepción personal. En el fondo de lo que podamos percibir con nuestros sentidos embotados, en todo lo que se dice que es materia, debe haber una concepción personal. Sin la influencia de una concepción personal, la conciencia no puede alcanzar el estado de materia burda.
Por consiguiente, en las antiguas Escrituras encontramos que los grandes sabios y rsis están siempre dirigiéndose a todo en este mundo como una persona. Aunque para nosotros son materia muerta, ellos los han considerado como personas. ¿Por qué? La materia es más bien la sombra de la entidad personal. Lo personal, la entidad consciente es más real y la materia que percibimos a través de nuestra conciencia borrosa es menos real.
(B. R. Sridhara Deva Gosvami Maharaja, “evolución subjetiva de la conciencia” cap. 1)

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